La salud mental en clases virtuales


La salud mental en clases virtuales:

Desde que las escuelas, universidades e institutos cerraron por el COVID-19, las clases pasaron a tomar otra connotación para nosotros. Para nadie es novedad escuchar que la pandemia ha cambiado muchos aspectos de la vida cotidiana de las personas, y los estudiantes no somos ajenos a esta realidad. 

Las clases virtuales, si bien han sido de gran utilidad en el mundo para mantener en marcha la educación, también se ha convertido en un gran dolor de cabeza para la mayoría de nosotros; lidiar con las tareas, los exámenes y las clases a través de una pantalla, mientras el mundo afuera se pone de cabeza es realmente un estrés.

A raíz de esto, la salud mental de muchos estudiantes se ha visto gravemente afectada durante la pandemia, muchos estudiantes han llegado incluso a desarrollar cuadros de ansiedad, depresión, entre otros. 

Es por ello, que te en esta ocasión te compartiremos unos cuantos consejos para cuidar y mantener tu salud mental y poder lidiar satisfactoriamente con este tipo de situaciones:


  • No dejes las cosas para último momento:

    Muchas veces solemos postergar pendientes por no creerlos urgentes, sin embargo, esta es una forma de autosabotaje. Aplazar nuestras responsabilidades no hará que desaparezcan, por el contrario, generará más estrés y ansiedad cuando observemos que se nos está acabando el tiempo y aún no hemos terminado.



  • No aceptes responsabilidades que no tienes tiempo de realizar:

    Es bueno sentirse capaz de poder con todo, pero debemos conocer nuestros límites y saber identificar cuando llevamos mucha carga con nosotros, no es bueno querer estar en todo al mismo tiempo, a la larga generará frustración, estrés y cansancio físico y emocional. Está bien avanzar, pero a tu medida.



  • Encuentra tus canalizadores:

    Ya que todos somos diferentes, todos canalizamos nuestras emociones de diversas maneras. Lo importante es saber encontrar las actividades adecuadas que te ayuden a hacerlo. Aquí te van unos ejemplos: meditación, terapia psicológica, ejercicio, pintar, escribir, bailar, etc.



  • No tengas miedo de pedir ayuda:

    Sabemos que puede ser complicado exteriorizar nuestros sentimientos y pensamientos, pero pedir ayuda es completamente válido y es el primer gran paso para mejorar y salir de la situación en la que te encuentras. La ayuda puedes encontrarla en casa, con amigos, con un profesional de la salud mental, con algún familiar, etc. lo importante es tomar acción y hablar sobre lo que te agobia.



  • Descansa de redes sociales

    Si bien es cierto, las redes sociales son de mucha ayuda para conectar personas y transmitir información de forma inmediata, sin embargo, no todo lo que vemos en las redes sociales es positivo. 

    En primer lugar, la inmediatez de las redes sociales propicia que nos acostumbremos a ese ritmo y terminemos viviendo de forma acelerada, con poca paciencia, a la expectativa de que algo suceda y no está bien, ya que las redes sociales no son más que plataformas virtuales, pero la vida real está afuera.



    Otro punto que también es muy importante de mencionar, es la calidad del contenido que consumimos, tendemos a seguir a personas que admiramos, que nos gustan o que simplemente nos entretienen, sin embargo; el problema aparece cuando este tipo de contenido de vidas perfectas llenas proyectos exitosos, viajes de lujo y belleza extraordinaria comienza a ser tomado como cierto, tendemos  a compararnos y nos frustramos por vidas ajenas.


  • Enlista tus prioridades:

    Uno de los principales enemigos que tenemos que enfrentar es la falta de organización. Sabemos que son muchas las responsabilidades que cargamos en estas épocas, las obligaciones de la casa, los estudios, el trabajo, la vida misma, puede resultar bastante agobiante; es por ello, que es fundamental saber enlistar nuestras prioridades para poder seguir un orden y así ir cumpliendo una a una nuestras responsabilidades de forma efectiva y organizada.



  • Duerme lo suficiente:

    La mejor forma de recuperar energías es durmiendo. Muchas veces dejamos el descanso en segundo plano por priorizar nuestras responsabilidades, en ocasiones incluso no podemos conciliar el sueño por la preocupación de los pendientes que cargamos, pero la verdad es que no hay mejor forma de despejar la mente y comenzar un nuevo día con más energía y mejor ánimo que durmiendo lo necesario.


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